Lámparas Tiffany: un breve recorrido por su luminosa historia

Reconocidas por su belleza artesanal y por su pantalla de vitral, las lámparas Tiffany continúan siendo hoy, y desde hace más de cien años, un ícono del arte decorativo y un referente del art nouveau.

Lámparas Tiffany: un breve recorrido por su luminosa historia

 

Louis Comfort Tiffany

Louis Comfort Tiffany nació en 1848, en la ciudad de Nueva York. Hijo de Charles Lewis Tiffany – fundador de la joyería Tiffany & Co. – Louis creció en un mundo de artes decorativas y diseño. Este entorno tuvo particular influencia en él; estudió pintura y se interesó en la fabricación de vidrio.

Tiffany sintió especial atracción por la naturaleza rústica del vidrio antiguo: consideraba que sus imperfecciones no sólo eran bellas sino que también eran el secreto para obtener un color vibrante. Inspirado por esta idea, fundó su propia fábrica de vidrio en Queens, Nueva York.

  

 

 En 1885 fue fundada Tiffany Glass and Decorating Company. Allí, Louis realizó diversos ensayos con la textura, el color y los métodos, desarrollando a partir de esas experimentaciones, dos importantes novedades: el vidrio Tiffany (de apariencia similar al mármol, también llamado Favrile glass) y la técnica de cinta de cobre.

Diferenciándose del vidrio iridiscente del pasado, obtenido con pintura, el vidrio Tiffany se logra mezclando vidrios de diferentes colores mientras está caliente. De forma similar, antes de las innovaciones introducidas por Tiffany, los vitrales eran formados con gruesas barras de plomo soldadas en sus uniones –método que no permitía a los artesanos obtener ciertos detalles complejos sin utilizar pintura-. Teniendo como objetivo minimizar los contornos y eliminar la necesidad de pintar, Louis incorporó una película de cobre flexible, con la cual podía unir de forma sutil las piezas de vidrio – evitando así las líneas gruesas y las uniones evidentes-.

Estos dos novedosos métodos fueron utilizados por Louis Comfort cuando concibió el que se convertiría en su diseño más recordado: la lámpara Tiffany.

 

 

 

 Lámparas de vitral

Uno de los objetivos de los artistas modernistas era retornar a la producción artesanal, aunque en perfecta sinergia con las nuevas corrientes estéticas. Tiffany era fiel a esta idea: en 1902, Tiffany Studio era una empresa francamente exitosa, siendo a la vez un inmenso estudio artesanal, donde llegaron a trabajar más de mil artesanos. Cada obra estaba hecha, allí, completamente a mano y con intensa dedicación.

Las lámparas Tiffany tuvieron su era de esplendor entre 1885 y 1920: en esa época en la cual la importancia del trabajo femenino no era valorado, Tiffany consideraba que era esencial para la exquisita calidad de sus creaciones. En tal sentido, investigaciones recientes han demostrado que la artista Clara Driscoll fue la principal mente creativa detrás de los más hermosos diseños de Tiffany Studios.

   

 

 

 Lámparas Tiffany: un ícono del art nouveau

Una lámpara Tiffany tipo se compone de un soporte de bronce y una pantalla de vitral. Cada pantalla muestra una dedicación profunda y atenta en cada detalle y una fascinación por los modelos brindados por la naturaleza. Los motivos inspirados en la fauna y la flora son usuales en sus diseños, siendo las margaritas y libélulas casi musas para los artesanos de lámparas Tiffany.

Al igual que las pantallas, sus bases y soportes rinden culto al mundo natural, actuando como raíces, tronco y follaje, según el diseño general.

Otra de las inspiraciones de Tiffany Studio fue el universo de la geometría: aunque menos decoradas que las anteriores, las bellísimas lámparas diseñadas con estos motivos siguen siendo apreciadas por sus acentos sobrios.

 

 

 

 Lámparas Tiffany hoy

Hacia 1913 la producción de lámparas Tiffany puede considerarse prácticamente detenida, viviendo un resurgimiento en la década de 1950. A partir de ese momento, se han transformado en deseadas piezas, estando presentes en casas de subastas, colecciones privadas, museos de artes decorativas y, apareciendo fugazmente – para fortuna de algunos pocos – en anticuarios y tiendas de objetos de arte.

 

  

 

 

TODOARTE
Lámparas Tiffany: un breve recorrido por su luminosa historia

Reconocidas por su belleza artesanal y por su pantalla de vitral, las lámparas Tiffany continúan siendo hoy, y desde hace más de cien años, un ícono del arte decorativo y un referente del art nouveau.
30 de julio, 2021
Lámparas Tiffany: un breve recorrido por su luminosa historia

 

Louis Comfort Tiffany

Louis Comfort Tiffany nació en 1848, en la ciudad de Nueva York. Hijo de Charles Lewis Tiffany – fundador de la joyería Tiffany & Co. – Louis creció en un mundo de artes decorativas y diseño. Este entorno tuvo particular influencia en él; estudió pintura y se interesó en la fabricación de vidrio.

Tiffany sintió especial atracción por la naturaleza rústica del vidrio antiguo: consideraba que sus imperfecciones no sólo eran bellas sino que también eran el secreto para obtener un color vibrante. Inspirado por esta idea, fundó su propia fábrica de vidrio en Queens, Nueva York.

  

 

 En 1885 fue fundada Tiffany Glass and Decorating Company. Allí, Louis realizó diversos ensayos con la textura, el color y los métodos, desarrollando a partir de esas experimentaciones, dos importantes novedades: el vidrio Tiffany (de apariencia similar al mármol, también llamado Favrile glass) y la técnica de cinta de cobre.

Diferenciándose del vidrio iridiscente del pasado, obtenido con pintura, el vidrio Tiffany se logra mezclando vidrios de diferentes colores mientras está caliente. De forma similar, antes de las innovaciones introducidas por Tiffany, los vitrales eran formados con gruesas barras de plomo soldadas en sus uniones –método que no permitía a los artesanos obtener ciertos detalles complejos sin utilizar pintura-. Teniendo como objetivo minimizar los contornos y eliminar la necesidad de pintar, Louis incorporó una película de cobre flexible, con la cual podía unir de forma sutil las piezas de vidrio – evitando así las líneas gruesas y las uniones evidentes-.

Estos dos novedosos métodos fueron utilizados por Louis Comfort cuando concibió el que se convertiría en su diseño más recordado: la lámpara Tiffany.

 

 

 

 Lámparas de vitral

Uno de los objetivos de los artistas modernistas era retornar a la producción artesanal, aunque en perfecta sinergia con las nuevas corrientes estéticas. Tiffany era fiel a esta idea: en 1902, Tiffany Studio era una empresa francamente exitosa, siendo a la vez un inmenso estudio artesanal, donde llegaron a trabajar más de mil artesanos. Cada obra estaba hecha, allí, completamente a mano y con intensa dedicación.

Las lámparas Tiffany tuvieron su era de esplendor entre 1885 y 1920: en esa época en la cual la importancia del trabajo femenino no era valorado, Tiffany consideraba que era esencial para la exquisita calidad de sus creaciones. En tal sentido, investigaciones recientes han demostrado que la artista Clara Driscoll fue la principal mente creativa detrás de los más hermosos diseños de Tiffany Studios.

   

 

 

 Lámparas Tiffany: un ícono del art nouveau

Una lámpara Tiffany tipo se compone de un soporte de bronce y una pantalla de vitral. Cada pantalla muestra una dedicación profunda y atenta en cada detalle y una fascinación por los modelos brindados por la naturaleza. Los motivos inspirados en la fauna y la flora son usuales en sus diseños, siendo las margaritas y libélulas casi musas para los artesanos de lámparas Tiffany.

Al igual que las pantallas, sus bases y soportes rinden culto al mundo natural, actuando como raíces, tronco y follaje, según el diseño general.

Otra de las inspiraciones de Tiffany Studio fue el universo de la geometría: aunque menos decoradas que las anteriores, las bellísimas lámparas diseñadas con estos motivos siguen siendo apreciadas por sus acentos sobrios.

 

 

 

 Lámparas Tiffany hoy

Hacia 1913 la producción de lámparas Tiffany puede considerarse prácticamente detenida, viviendo un resurgimiento en la década de 1950. A partir de ese momento, se han transformado en deseadas piezas, estando presentes en casas de subastas, colecciones privadas, museos de artes decorativas y, apareciendo fugazmente – para fortuna de algunos pocos – en anticuarios y tiendas de objetos de arte.